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Esta es la historia de don Simón, un granjero y apicultor.
Simón pensaba que sus animales tenían habilidades espaciales, pero no se lo quería decir a nadie, por miedo a que pensaran que era un fraude.
Esta es la historia de don Simón, un granjero y apicultor.
Simón pensaba que sus animales tenían habilidades espaciales, pero no se lo quería decir a nadie, por miedo a que pensaran que era un fraude.
Esta historia tuvo origen una tarde cuando Simón fue a la huerta a recoger las legumbres.
Y de pronto escuchó a alguien cantar —pensó— «¿habré dejado la radio prendida?»
Esta historia tuvo origen una tarde cuando Simón fue a la huerta a recoger las legumbres.
Y de pronto escuchó a alguien cantar —pensó— «¿habré dejado la radio prendida?»
Pero cuando se fijó mejor, era la vaca que estaba cantando debajo de un árbol. El hombre no consiguió seguir con su trabajo, quedó paralizado. Llamó inmediatamente a la veterinaria.
Mientras tanto un vecino vino a buscar la leche, don Simón se había olvidado que el vecino tenía la costumbre de venir siempre a la misma hora.
Pero cuando se fijó mejor, era la vaca que estaba cantando debajo de un árbol. El hombre no consiguió seguir con su trabajo, quedó paralizado. Llamó inmediatamente a la veterinaria.
Mientras tanto un vecino vino a buscar la leche, don Simón se había olvidado que el vecino tenía la costumbre de venir siempre a la misma hora.
«Disculpe vecino hoy no le puedo vender la leche, la vaca está indispuesta, pero sí le puedo vender la miel, la tengo pronta aquí, en el estante» —dijo Simón—.
El vecino se fue con la miel, pero triste porque no pudo llevar la leche, mientras tanto llegaba la veterinaria en la moto.
«Disculpe vecino hoy no le puedo vender la leche, la vaca está indispuesta, pero sí le puedo vender la miel, la tengo pronta aquí, en el estante» —dijo Simón—.
El vecino se fue con la miel, pero triste porque no pudo llevar la leche, mientras tanto llegaba la veterinaria en la moto.
«¿Cuál es el animal que está enfermo hoy?» — dijo la veterinaria—.
«Bueno, en realidad no hay ningún animal enfermo, pero la vaca está muy rara, no ha parado de cantar desde hoy temprano» — dijo Simón—.
«Bueno, vamos a verla entonces» — dijo la veterinaria—.
Efectivamente la vaca estaba cantando debajo del árbol.
«¿Cuál es el animal que está enfermo hoy?» — dijo la veterinaria—.
«Bueno, en realidad no hay ningún animal enfermo, pero la vaca está muy rara, no ha parado de cantar desde hoy temprano» — dijo Simón—.
«Bueno, vamos a verla entonces» — dijo la veterinaria—.
Efectivamente la vaca estaba cantando debajo del árbol.
Luego de analizar la situación, la veterinaria dijo que hay que analizar la sangre de la vaca, y también hay que hacer otro análisis del agua que toma.
La veterinaria se llevó las muestras de sangre y de agua y quedó de volver cuando tuviera los resultados.
Luego de analizar la situación, la veterinaria dijo que hay que analizar la sangre de la vaca, y también hay que hacer otro análisis del agua que toma.
La veterinaria se llevó las muestras de sangre y de agua y quedó de volver cuando tuviera los resultados.
El hombre se va de ahí tratando se seguir con su trabajo, cuando de repente ve en el puente al toro recitando un poema, « ¡Dios mío! —dijo el hombre— lo que me faltaba, ahora el toro se cree poeta».
Sin duda el arte había invadido la granja.
El hombre se va de ahí tratando se seguir con su trabajo, cuando de repente ve en el puente al toro recitando un poema, « ¡Dios mío! —dijo el hombre— lo que me faltaba, ahora el toro se cree poeta».
Sin duda el arte había invadido la granja.